Hace pocas semanas, como reacción al ataque sorpresivo de la ‘Brigada Lobo’ contra el líder senderista ‘Antonio’ en Virgen Ccasa (ver El combate en Virgen Ccasa y La mochila), y el encarnizado combate subsecuente, el SL-VRAE publicó, como panfleto, un parte de guerra en el que da su versión sobre los combates conocidos, reporta acciones que no fueron difundidas y, lo más importante, busca demostrar que conoce bien la estructura de las fuerzas que les han hecho real daño (tal como reconocen) y a los líderes de estas.
En el tope de la lista figura la Divinesp (División de Investigaciones Especiales) de la Dirandro y el jefe identificado por ellos: el general PNP Carlos Morán. El problema es que el general Morán lleva cerca de dos años en el retiro. El que el Sendero del VRAE lo siga identificando como líder de la Divinesp y, en consecuencia, su principal enemigo, ilustra la fuerte influencia que el trabajo de Morán dejó en los policías que trabajaron con él y que, con las distorsiones que suele haber en la información percolada entre enemigos, llegó a SL como si una gestión pasada perteneciera al presente.
La experiencia del hoy retirado general Carlos Morán en el combate contra Sendero y, de otro lado, contra el narcotráfico, a través de la Divinesp, es poco conocida, pese a la gran importancia que tuvo y que Sendero reconoce involuntariamente hoy.
Por eso, IDL-R pidió al general Morán que escriba sobre su experiencia al mando de esa unidad. El relato que produjo cuenta con precisión hechos y detalles importantes e ignorados en la guerra contra Sendero y el narcotráfico. A diferencia de otros militares, policías o diplomáticos que se las arreglan para contar historias en las que sobresale lo omitido, Morán hace un relato directo, puntual y revelador de los personajes y los hechos en esta historia, que publicamos a continuación.
“¿…Qué organismo dirige y controla a esta Brigada Lobo?” se preguntan en un reciente panfleto las huestes senderistas del VRAE. Ellos mismos se responden: “La División de Investigaciones Especiales (Divinesp) de la Dirandro”.
Luego siguen preguntándose y respondiéndose: “¿…Quiénes son sus capitostes y quiénes lo conforman? [……] Sus capitostes son: 1) El general PNP Carlos Morán; 2) El viceministro de defensa Iván Vega; 3) el coronel PNP Segundo Argomedo Vásquez conocido como Jair; 4) el coronel Wálter Lozano conocido como Bica, 5) el coronel Harvey Colchado conocido como René”.
¿Cuál es la razón de ese esfuerzo de Sendero Luminoso, o lo que queda de él, por identificar al enemigo, que no es lo mismo que conocerlo?
Es que ellos saben que ese enemigo los ha acorralado, llevado a un callejón sin salida en el que su lucha ya no es para alcanzar el objetivo que repiten con un discurso reiterativo “…El socialismo y el comunismo científico sí prevalecerán en este siglo XXI o en el siguiente siglo XXII, inevitablemente triunfará, iluminando de rojo la faz de la tierra…“, sino de luchar por sobrevivir.
Así que, en vista de que es el propio “José” -Víctor Quispe Palomino-, quien me otorga créditos en el diseño y la estructuración de una estrategia con la que se viene asestando contundentes golpes a su organización, siento la necesidad de contar la historia de algunos de sus protagonistas. E intento contarla en su real dimensión, sin ambages ni medias verdades.
¿Qué es la Divinesp? son las siglas de la División de Investigaciones Especiales de la Dirandro, un grupo especial que se formó el 2001 en base a la integración de dos antiguas unidades: la Unidad de Asuntos Especiales (UAE), formada fundamentalmente por detectives; y la Unidad de Operaciones Especiales (UOE), conformada por elementos especializados en la interceptación radial, que provenían casi exclusivamente de la otrora Policía de Drogas de la Guardia Civil.
Con la creación de la Policía Nacional del Perú se encorsetó en un solo cuerpo a tres instituciones policiales diferentes. En esa integración forzada, la especialidad que mantuvo un nivel de eficiencia con altibajos fue la investigación criminal. Y eso fue gracias al esfuerzo de los detectives que recalaron en unidades emblemáticas como la Dirección de Investigación Criminal, la Dirección contra el Terrorismo y la Dirección Antidrogas.
Con el transcurso del tiempo ese trabajo profesional se fue consolidando. Mientras por un lado los gobiernos de turno, los numerosos ministros del Interior y los comandos policiales emprendieron una ola interminable de reformas, contrarreformas, reorganizaciones; y planes con graves falencias en su diseño y su ejecución, se generaron por otro lado grupos especiales dentro de esas Direcciones Policiales, algunos de los cuales marcaron el destino de la propia institución policial y del país, como fue el caso del legendario Grupo Especial de Inteligencia (GEIN) de la Dircote en la década de los 90.
Otras unidades que destacaron en la lucha contra el crimen organizado, fueron precisamente las anteriormente nombradas Unidad de Asuntos Especiales (UAE) y la Unidad de Operaciones Especiales (UOE) que permitieron dar origen el 2001 a lo que es actualmente la Divinesp de la Dirección Antidrogas de la Policía.
Lo singular de estas unidades no solamente radicaba en el apoyo logístico, capacitación, infraestructura y aporte tecnológico que recibían de la Oficina DEA [Drug Enforcement Administration, del Departamento de Justicia de Estados Unidos] en Lima; sino en cómo se reclutaba al personal, siguiendo una serie de rigurosos protocolos que iban desde la evaluación de la historia personal del postulante, pasando por exámenes toxicológicos, poligráficos y una entrevista final para decidir si era un efectivo confiable que merecía ser incorporado al grupo para que comparta con el resto información sensible.
Además, creo que la Divinesp recogió mucha de la experiencia del GEIN, pues acogió a varios de sus cuadros intermedios y multiplicó su eficiencia con un oportuno apoyo de la cooperación internacional, a la vez que optimizaba la selección de su miembros.
El recurso más valioso en toda unidad que combate el crimen organizado son sus integrantes, sobre todo sus policías. Mantenerlos en altos niveles de rendimiento es un reto permanente para los que conducen esas organizaciones.
La DEA entra en escena
La Divinesp tuvo casos resonantes desde el momento de su fundación. Uno de los más notables, “Jeshu”, el año 2002, permitió desarticular una compleja organización de traficantes conformada por mexicanos, guatemaltecos, colombianos y peruanos. Fueron más de 30 sujetos y se decomisó más de 1,700 kilos de clorhidrato de cocaína. La prensa lo conoció como el caso del “Cartel de Tijuana”.
Lo resaltante de este operativo fue que se intervino simultáneamente el laboratorio de procesamiento que funcionaba en el VRAE, numerosas casas en Lima y el depósito donde acopiaban la droga en Chimbote.
Se realizó por primera vez una interceptación de teléfonos satelitales con orden judicial, que permitió geoposicionar con exactitud la ubicación del laboratorio clandestino y también la de una lancha rápida con tripulación mexicana que se mantuvo por espacio de 15 días a 200 millas, en aguas internacionales frente a Chimbote.
Al final esa lancha no pudo ser interceptada por una patrullera de la Marina de Guerra porque aquella la superó en velocidad.
En este caso se usó eficazmente la tecnología, se controló las comunicaciones con orden judicial y se participó con otras fuerzas operativas para alcanzar un objetivo común en la lucha contra el narcotráfico, como lo venía haciendo Colombia.
El caso Zevallos
El 2005 fue trascendental para Divinesp.
Un año antes el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, había incluido a Fernando Zevallos Gonzales (a) “Lunarejo” en la lista Kingpin Actcomo uno de los 10 cabecillas de narcotráfico a nivel mundial. Luego de una exhaustiva investigación que duró 5 meses fue capturado “Lunarejo” y siete de los integrantes de su organización, en cumplimiento de una orden judicial.
Se le imputó graves cargos de narcotráfico, homicidio, delito contra la fe pública, corrupción de funcionarios y fue internado en un penal. En ese ínterin fue condenado a 20 años de pena privativa de libertad por otro proceso que venía afrontando con anterioridad.
El 2007 se terminó otra investigación por lavado de activos, incorporándose en la denuncia fiscal a directivos y funcionarios de la citada empresa aérea.
Tuve la convicción que el equipo que me acompañaba estaba para retos mayores.
La DEA en Lima
Un nuevo gobierno empezaba y también otra administración en la Oficina DEA de Lima. El entonces jefe de la oficina en Lima era Patrick Stenkamp. El supervisor de la misma, Chris Watson, fue el primer convencido a fines del 2006 que la estrategia que se le planteaba para combatir a Sendero Luminoso en ambos valles era la correcta.
Atacar solamente a los narcotraficantes era mantener el estado de cosas. Hasta entonces en el Perú, por convenios y directivas establecidos, los recursos logísticos y financieros de la cooperación estadounidense tenían que destinarse solo para la lucha antidrogas.
Tuvimos que convencer a los americanos que Sendero Luminoso -al margen de si seguía la línea de Acuerdo de Paz en el Alto Huallaga o la de “Proseguir la Lucha Armada” en el VRAE- se consideraba imbatible porque recibía financiamiento (cupos) y logística del narcotráfico.
Watson entendió bien la situación y fue el propulsor para que la embajada americana entregue, a través de la DEA y en calidad de uso (no de donación) la plataforma Constelación [de interceptación de telefonía celular]; y financie la capacitación de sus miembros.
También hizo suyo nuestro pedido formal para que ‘Artemio’ y ‘José’ fueran considerados por el gobierno americano como cabecillas narcoterroristas, lo que se materializó el año 2010.
Chris Watson fue relevado por el supervisor DEA Juan Arrivillaga el 2009; durante cuya gestión se llevaron a cabo las más importantes capturas en el Alto Huallaga. Ahí, en el Alto Huallaga, el Agente Especial DEA de enlace era Melvin Patterson, un macizo ex-jugador de fútbol americano. Luego, el año 2010, llegó el Agente Especial DEA Paul Hackett. En su gestión, y la de Juan Arrivillaga, se logró la captura de ‘Artemio’.
Tras la pista de ‘Artemio’
¿Cómo se hizo la investigación?
A principios del 2006 envié a Tingo María al entonces capitán PNP Harvey Colchado y al suboficial Giovanni Marcelo para conseguir información sobre el accionar de los ‘organismos generados’, gremios cocaleros y agrupación de familiares que apoyaban a las huestes de ‘Artemio’; y la forma como los narcotraficantes locales financiaban sus actividades.
El trabajo que se realizó permitió conocer cómo estaba estructurada la organización senderista en la ciudad e identificar a 48 personas involucradas directamente en actividades de apoyo y financiamiento. La interceptación radial de las comunicaciones y el manejo discreto de testigos con claves y bajo supervisión de la Fiscalía Especializada fue determinante para orientar las pesquisas.
El acopio de información sirvió finalmente para diseñar y ejecutar un operativo conjunto PNP-EP en agosto de 2007 conocido como “Huracán 2007″ en el Valle del Monzón, Tingo María, Aucayacu, Huánuco y Lima, que golpeó la principal fuente de financiamiento de los senderistas.
Por primera vez cabecillas de firmas de narcotráfico locales fueron denunciados por delito de tráfico ilícito de drogas en la modalidad de financiamiento de actividades terroristas; y en los siguientes meses muchos de ellos fueron capturados. Se había encontrado por fin la evidencia probatoria que demostraría la conexión entre Sendero Luminoso y el narcotráfico.
La operación “Huracán 2007″ no fue exitosa por los resultados materiales obtenidos, (a pesar que el Gobierno del presidente García lo quiso presentar así), sino por la información estratégica que se consiguió. Con base en ello, los jefes de Divinesp y los agentes DEA evaluaron las necesidades operacionales y tecnológicas para relanzar las operaciones en el Alto Huallaga.
Supongo que en ese periodo se habría producido un febril intercambio de comunicaciones entre la sede de la embajada americana en Lima y Washington, pues a los pocas semanas, se abrió una Base de Operaciones de Divinesp en forma permanente en Tingo María y se mejoró los trabajos de inteligencia y manejo de fuentes humanas que desde hace un tiempo se venían realizando.
DEA y Divinesp
¿Quién dirigía las operaciones y quién las pagaba?
La estrategia operacional era diseñada por los oficiales de la Divinesp. Las fuentes humanas las manejaban ellos; pero los pagos por reclutamiento [de informantes o agentes] y la información eran asumidos por la Administración DEA.
Los agentes DEA asistían a las entrevistas, prestaban apoyo con la tecnología que tenían, pero no decidían el camino o el plan a seguir.
El nivel de coordinación fue óptimo, respetuoso, sin interferencias, sin protagonismos baratos y bajo severas reglas de compartimentaje. Ni siquiera en Divinesp los demás grupos que manejaban sus propios casos, conocían las operaciones que se venían llevando a cabo.
En esa línea de acción, las gestiones, pedidos y requerimientos legales que se hacía a la Fiscalía y a los juzgados seguían los mismos procedimientos, y estaban a cargo de los oficiales encargados de la Divinesp. La reserva, la confidencialidad y la sorpresa fue la clave para el éxito de las operaciones.
Se reforzó además el control de las comunicaciones radiales y todas las informaciones acopiadas contaron con el importante aval del Ministerio Público, que hizo suya y validó la actuación policial. Pocas veces hubo un trabajo tan profesional, leal y transparente entre dos instituciones encargadas de luchar contra el delito.
‘Constelación’
A fines del año 2007, la Divinesp recibió más apoyo logístico por parte de la DEA; la NAS [Narcotics Affairs Section, del Departamento de Estado de Estados Unidos] puso a disposición sus aeronaves y helicópteros UH para apoyar los operativos que se realizaran.
Pero lo más relevante es que la DEA me comunicó formalmente que había decidido iniciar las gestiones y coordinaciones con el gobierno peruano para instalar una plataforma tecnológica para controlar las comunicaciones de telefonía celular en la sede de Divinesp, bajo control fiscal y judicial, que fue conocida posteriormente como “Constelación”.
Eso se convirtió en un punto determinante en la lucha contra Sendero Luminoso en el Huallaga. Paralelamente las operaciones “Eclipse Huallaga” y “Eclipse VRAE” estaban en proceso de germinación.
Entonces se inició el desenlace en el Huallaga.
Se estrecha el cerco
¿Por qué el nombre de ‘Eclipse Huallaga’? Sucede que las investigaciones anteriores habían establecido que el Comité Regional de Sendero Luminoso del Huallaga basaba su accionar en dos pilares que eran como los lados de un eclipse: uno abierto y legal, constituido por un sector del gremio cocalero, por grupos de familiares de presos por terrorismo y por algunas autoridades políticas y comerciantes de la zona; y otro, el lado oscuro, clandestino e ilegal estaba conformado por los traficantes de drogas y madereros informales de la zona que, a través de los cupos que pagaban, financiaban sus actividades o los proveían de los recursos logísticos necesarios.
Esta operación dio fruto en noviembre de 2010, luego de casi dos años de investigaciones, en las que los entonces mayores PNP Harvey Colchado Huamaní y Walter Lozano Pajuelo jugaron un rol preponderante, junto con el fiscal Marco Guzmán Baca, entonces a cargo de la Cuarta Fiscalía Supraprovincial. Este supervisó la detención de 46 personas en Tingo María, Valle del Monzón, Aucayacu, Huánuco, Nuevo Progreso y Lima. Al mismo tiempo se cursaron 108 órdenes de requisitoria para otras personas involucradas en actos de colaboración y financiamiento del terrorismo.
Entonces ya se encontraba en pleno trabajo la novísima plataforma ‘Constelación’, que había entrado en funcionamiento en 2009.
En el Alto Huallaga se empezó a usar desde el 2006 los helicópteros UH-1H de la NAS -que hasta ese momento solo se habían podido utilizar en las tareas de erradicación de cocales y de interdicción contra el narcotráfico- en operaciones contra Sendero Luminoso, bajo el razonamiento de que servía también para capturar a sus financistas: los narcotraficantes.
En dos o tres ocasiones (entre 2009 y 2010) se geolocalizó el teléfono celular de ‘Artemio’ y se llevaron a cabo operativos helitransportados (con los UH-1H) para capturarlo. Al final no se consiguió alcanzar el objetivo porque el ruido de los helicópteros alertó sobre la inminencia de las intervenciones.
Estos fracasos tempraneros sirvieron para aprender la lección y perfeccionar los procedimientos tácticos.
El año 2010, a solicitud nuestra, enviaron desde Colombia un avión provisto de un dispositivo tecnológico para geolocalizar el teléfono celular de ‘Artemio’ y los de sus principales mandos. El avión se trasladó también para apoyar las operaciones en el VRAE, que entonces empezaban a tomar forma. Sin embargo la aeronave solamente permanecía por períodos cortos en el país, pues tenía que retornar a Colombia o Estados Unidos, fuera para utilizarla en sus operativos o para fines de mantenimiento.
Gradualmente estrechamos el cerco. ‘Artemio’, plenamente identificado con su verdadero nombre, Florindo Eleuterio Flores Hala, se estaba quedando sin sus más cercanos colaboradores y sus fuentes de financiamiento. Su captura era cuestión de tiempo.
A fines del año 2007, la Divinesp recibió más apoyo logístico por parte de la DEA; la NAS [Narcotics Affairs Section, del Departamento de Estado de Estados Unidos] puso a disposición sus aeronaves y helicópteros UH para apoyar los operativos que se realizaran.
Pero lo más relevante es que la DEA me comunicó formalmente que había decidido iniciar las gestiones y coordinaciones con el gobierno peruano para instalar una plataforma tecnológica para controlar las comunicaciones de telefonía celular en la sede de Divinesp, bajo control fiscal y judicial, que fue conocida posteriormente como “Constelación”.
Eso se convirtió en un punto determinante en la lucha contra Sendero Luminoso en el Huallaga. Paralelamente las operaciones “Eclipse Huallaga” y “Eclipse VRAE” estaban en proceso de germinación.
Entonces se inició el desenlace en el Huallaga.
Del exilio interno a la era de 'Rambito'
Llegó el 2011, asciendo a general y quedo como jefe de la Dirandro.
Con Divinesp y los agentes de la DEA, tuvimos un acercamiento con personal militar de inteligencia porque existía un consenso que, si bien las acciones de inteligencia estaban por buen camino, la coordinación militar era muy necesaria porque se estaba combatiendo a un enemigo (Sendero), con potencia de fuego, que conocía su terreno a cabalidad.
Después de una ronda de conversaciones llegamos a un acuerdo con el Comando Conjunto de las FFAA, para constituir el ‘Centro de Fusión’ en un ambiente de Dirandro, donde trabajaría personal policial y militar debidamente seleccionado en asuntos de inteligencia contraterrorista.
El objetivo que se pensaba alcanzar era convertir la información que obtenía ‘Constelación’ en inteligencia y transmitirla con fines operativos al CIOEC (Comando de Inteligencia y Operaciones Especiales) del Comando Conjunto.
Ese fue un intento de integrar las capacidades de las fuerzas de seguridad por primera vez, para darle más dinamismo a las acciones contra el terrorismo. Pero solo quedó en eso, el intento.
Separación
En julio de 2011 asumió el Gobierno el presidente Ollanta Humala.
Poco después, en un ambiente de ‘Constelación’, en el edificio de la Dirandro, hice una presentación sobre el avance de los casos ‘Eclipse Huallaga’ y ‘Eclipse VRAE’ a los entonces ministros del Interior, Óscar Valdés; de Defensa, Daniel Mora; el viceministro de Orden Interno, Luis Alberto Otárola; y al general de División Luis Howell, jefe del Comando Conjunto de las FFAA.
Los asistentes pudieron constatar las evidencias probatorias que se venía acopiando sin interferencias ni contaminaciones que pusieran en riesgo su validez legal. Hablé sobre las grandes proyecciones y expectativas que se tenía en nuestras investigaciones.
Sin embargo, a los pocos días y sin mayor explicación, me relevaron del cargo y me enviaron a comandar la Región Policial Callao.
Me fui, con escasos 8 meses en mi flamante grado, a asumir otras responsabilidades, pero con preocupación por la situación en que dejaba los casos que veníamos llevando; y por el destino de mis más cercanos colaboradores.
Felizmente mis temores resultaron infundados. La insensatez no cobró otras víctimas y todo mi staff continuó laborando normalmente.
Antes de salir de la Dirandro les di instrucciones a los mayores Colchado y Lozano y al capitán Argomedo para que prosiguieran con su accionar en el Alto Huallaga y el VRAE respectivamente, con el ahínco de siempre, pues al final lo importante son los resultados que necesita el país y no las anécdotas personales.
Lo mismo sucedió con el personal que trabajaba en Constelación, pues se habían levantado tantas leyendas negras sobre su funcionamiento que la incomodidad entre sus integrantes era evidente, pero aun así siguieron operando.
El ultimo día del 2011, recibí una llamada que me causó sorpresa.
‘Rambito’
Era Iván Vega Loncharich, a quien conocía desde que fue jefe del gabinete de asesores del ministro del Interior Félix Murazzo durante el gobierno del presidente Toledo, en cuyo despacho -recordé en ese momento- se planificó en julio del 2005 la captura de Jorge Chávez Montoya (a) ‘Polaco’ lugarteniente de Fernando Zevallos (a) ‘Lunarejo’.
“Carlos”, me dijo Vega, “las cosas cambiarán para ti a partir de este momento. Vuelvo a partir de enero [2012] como viceministro del Interior y necesito hablar urgentemente contigo”.
Nos citamos en un restaurante y ahí me dijo que contaba con el aval del Presidente Humala. Me pidió que le presente “a toda mi gente y mis contactos con la embajada americana”, pues tenía directivas precisas para enfrentar al crimen organizado y necesitaba mi apoyo.
En esa reunión le conté todo lo que se había avanzado en esos años; cómo los americanos, después de asumir por fin la conexión entre terrorismo y narcotráfico, demostraron un decidido apoyo.
Le hablé de ‘Constelación’, de cómo nos había costado convencer a los fiscales -luego de dos años de tratativas- para que presionaran a las operadoras de telefonía y que estas permitan que la empresa holandesa contratada por la embajada americana culmine las pruebas técnicas que demandaba el software de instalación. Le conté también que una vez superados estos impasses, los resultados fueron más que interesantes.
Nos despedimos con la promesa de volvernos a reunir con los oficiales responsables de las operaciones Eclipse, tanto en el Huallaga como el VRAE y también con los agentes de la DEA que coordinaban esos casos.
Era otro año y nuevamente se presentaba otro escenario insospechado para mí. ¿Confiaba en Iván Vega? No completamente, pero parecía sincero y deseoso de apoyar nuestra misión. Y en ese momento eso tenía valor.
Los golpes que sufrió Sendero
Iván Vega era muy práctico y expeditivo.
En los días siguientes nos reunimos en fechas distintas con el mayor Harvey Colchado y el capitán Segundo Argomedo en el segundo piso de un restaurante de la Av. Canaval y Moreyra.
Después de recibir toda la información, Vega prometió darles su apoyo.
Yo les dije que la cercanía de Iván con el Presidente garantizaba que las operaciones que estaban realizando iban a contar con el apoyo de este; que coordinaran directamente con él y le hicieran llegar sus requerimientos.
Luego propicié una reunión con la jefa regional de la DEA y todos sus supervisores en un hotel miraflorino.
En la reunión, Iván Vega se presentó formalmente como viceministro de Orden Interno y encargado por el despacho presidencial de coordinar todas las operaciones contra Sendero Luminoso en el Alto Huallaga y el VRAE.
Iván garantizó el máximo apoyo, dijo que yo y él “conformamos un solo equipo” y que tenía su máxima confianza. Recordó el caso Zevallos y las represalias políticas que sufrió a raíz de este hecho.
Los americanos, encabezados por la jefa regional de la DEA, Lizette Yrizarry, estaban más que encantados por haberlo conocido.
Después del intercambio de tarjetas de presentación entre ellos, nos despedimos con la promesa de convocarme a la brevedad.
Nunca me convocó. Posteriormente me enteré que había llevado a los jefes de la DEA a Palacio de Gobierno para sostener una reunión privada con el presidente Humala.
Pero lo más importante para mí era saber que ahora sí las operaciones contra los senderistas en el Huallaga y el VRAE se verían reforzadas con un apoyo sostenido.
A veces cuesta reconocer méritos ajenos. Una vieja práctica, tanto en la vida política como en la policial, es desprestigiar o ningunear una buena acción, porque quien la hizo generalmente es objeto de envidias y antipatías.
Conmigo este gobierno tomó represalias por hechos que no cometí; pero como me niego a descender al nivel de los frustrados y resentidos que estuvieron detrás del fin prematuro de mi trabajo y mi carrera, he de reconocer que fue una buena medida que Iván Vega asumiera el cargo de viceministro.
Vega captó inmediatamente la situación; y apoyándose en los valiosos oficiales que le presenté, perfeccionó los procedimientos de intervención, conformando patrullas mixtas -como la Brigada Lobo- que llevaron a éxitos operativos en los años siguientes.
‘Artemio’ -Florindo Flores Hala- fue capturado el 11 de febrero de 2012, descalzo, malherido y abandonado por sus huestes en un paraje de Tocache-San Martín, en el Alto Huallaga. Los entonces mayores Harvey Colchado y Walter Lozano y todo su equipo tuvieron participación central en este hecho, obviamente contando con el apoyo decidido del personal militar que cumplió un rol importante.
‘William’ -Víctor Castro Ramírez–, fue muerto en una incursión militar el 5 de setiembre de 2012 en una zona de Llochegua-Huanta, en el VRAE.
‘Gabriel’ -Marco Antonio Quispe Palomino– y ‘Alipio’ -Alejandro Borda Casafranca-, importantes mandos de Sendero Luminoso fueron abatidos el 11 de agosto de 2013 en el curso de una operación militar en una zona de Llochegua-Huanta. En ambos casos fue fundamental la participación de los efectivos dirigidos por el entonces mayor Argomedo Vásquez.
No conozco los detalles de esas operaciones sino a sus protagonistas, pero la conclusión que saco es muy positiva. No se pudo haber elegido mejor personal policial y militar para esas misiones, en las que lograron un superlativo rendimiento operacional.
El resultado es también mérito del presidente Humala, pues al margen de desavenencias políticas o de índole personal, es un hecho que no se cegó por lo que podrían aconsejarle voces adversas, sino por lo contrario, hizo que uno de sus más estrechos colaboradores tomara la posta para continuar y perfeccionar la metodología de trabajo que se venía ejecutando contra el narcoterrorismo desde el gobierno anterior.
¿Qué falta agregar? En cuanto al panfleto atribuido a la facción senderista que lidera ‘José’ -Víctor Quispe Palomino- algunas reflexiones:
1. Me hacen un reconocimiento expreso como uno de los diseñadores de la estrategia “contrarrevolucionaria” en el VRAE, e identifican a mis oficiales Harvey Colchado, Walter Lozano y Segundo Argomedo, como los responsables de ejecutar las principales operaciones contra la organización terrorista.
Les faltó precisar que los dos primeros fueron los responsables de la inicial operación ‘Eclipse Huallaga’; y el tercero de manejar ‘Eclipse VRAEM’.
2. Critican a sus cuadros y militantes, que caen irresponsablemente en manos de las “fuerzas reaccionarias” por asumir actitudes autosuficientes y no sujetarse a las reglas del “Partido”, incurriendo fácilmente en “liberalismo” y “anarquismo”.
3. También acusan el golpe de la ‘Brigada Lobo’ y reconocen a Iván Vega como su principal mentor; lo declaran su más encarnizado enemigo y tratan de minimizar sus éxitos. Cuando más insultan más sienten los golpes que les viene asestando.
4. Se han dado cuenta que sus masas cautivas y retenidas a la fuerza, se están entregando voluntariamente a las fuerzas del orden. Situación peligrosa para ellos, pues se vienen quedando sin bases de apoyo, que cumplían principalmente tareas de producción y contravigilancia.
5. Sienten que el enemigo ha infiltrado hasta las masas de los pueblos de la periferia y a esos “soplones” los responsabilizan de las ultimas caídas (detenciones o muertes) de sus militantes.
6. Identifican claramente el apoyo norteamericano en este proceso. Eso no deja de ser cierto en asuntos de tecnología y logística; pero el diseño y la ejecución de las operaciones es de manejo peruano.
7. Debido a la caída de toda la dirigencia de Sendero Luminoso y la virtual desaparición del Comité Regional del Huallaga, ellos suscriben su comunicado como “Comité Central” del Partido Comunista del Perú. Esto significa en la práctica que se sienten el ultimo bastión del senderismo en nuestro país y que en el VRAE librarán sus ultimas batallas por sobrevivir o desaparecer.