Fue un viaje largo a un territorio pequeño, que desempeña un papel grande en el caso Lava Jato. Los fiscales del Equipo Especial, coordinados por Rafael Vela, empezarán en pocas horas una serie de diligencias que pueden aportar importantes respuestas en varios procesos de investigación.
Aquí les adelantamos varias de las revelaciones que serán oficialmente entregadas, especialmente las que tienen relación con las coimas pagadas por Odebrecht en el caso del Metro de Lima.
En esta entrega IDL-R se concentrará en mostrar la evidencia que poseen las autoridades de Andorra sobre los pagos de presunto soborno que efectuó el Sector de Operaciones Estructuradas de Odebrecht a Miguel Atala Herrera.
Para quienes lleguen tarde al caso será bueno recordar que Miguel Atala es un empresario que tuvo cercanía con Alan García y, especialmente, con Luis Nava, secretario y hombre de confianza del expresidente.
En 2003, por ejemplo, el primer consejo directivo de la “Asociación Democracia Social” tuvo como presidente a Alan García; como secretario a Luis Nava; y como tesorero a Miguel Atala. El 2004, otra asociación, el Instituto del Empleo presentó como presidente a Atala y secretario ejecutivo a Luis Nava. El periódico alanista “Del País”, publicado durante el régimen de García, contó en su primer directorio con Miguel Atala y con José Antonio Nava, hijo de Luis.
Desde agosto de 2008 hasta agosto de 2011, en el gobierno de García, Miguel Atala fue miembro del directorio y vicepresidente de PetroPerú. En los tiempos del “shock de inversiones” y el “perro del hortelano”, Atala era, sin duda, una persona cercana al entonces Presidente.
Unos meses antes de su ingreso a PetroPerú, Miguel Atala abrió una cuenta en la Banca Privada D’Andorra (BPA) a través de una compañía offshore creada poco antes en Panamá, llamada Ammarin Investment Inc. La compañía era la típica empresa de gaveta panameña, con testaferros como directores, que cedieron, mediante oportunos poderes, todo el control. Primero solo a Miguel Atala y después añadieron también a su hijo Samir. Tal como iba a suceder a su vez en la cuenta abierta en el BPA.
Esta cuenta tuvo una vida activa corta pero muy interesante. Años después, el 2015, cuando ya había estallado el escándalo de Lava Jato (pero cuando todavía Odebrecht y otras compañías, no admitían ninguna responsabilidad o culpa y negaban toda relación o conocimiento con sus propias offshore, como Klienfeld, por ejemplo), la Policía de Andorra inició una investigación sobre presunto lavado de dinero por pagos ilícitos. La llamó, extrañamente, “Operación Pernambuco”, pese a tener entre sus objetivos la investigación de la cutra peruana y, específicamente, el caso de Miguel Atala.
No necesitan traducción, ¿verdad? de expresiones tales como: “Grup de delictes de blanqueig de diners o valors”.
¿Para qué sirvió la cuenta de Atala? Para recibir, en forma virtualmente exclusiva, más de un millón 300 mil dólares, abonados entre noviembre de 2007 y febrero de 2008.
Todos los abonos provinieron de una sola fuente, la offshore Klienfeld Services Limited.
El dinero estuvo un tiempo en depósitos de plazo fijo, excepto un retiro temprano por cerca de 70 mil dólares. Luego, entre marzo de 2012 y octubre de 2013, casi todos los fondos fueron retirados mediante transferencias al extranjero.
Cuando, desatado el escándalo Lava Jato, la cuenta fue intervenida, tenía un saldo de apenas algo más de 18 mil euros.
Klienfeld Services era una offshore dependiente del Sector de Operaciones Estructuradas de Odebrecht, creada exclusivamente para el pago de sobornos y el movimiento clandestino de dinero. Estuvo a cargo de Olivio Rodrigues, uno de los ejecutivos más importantes del Sector de Operaciones Estructuradas, cuya responsabilidad primaria era el pago de coimas internacionales.
La Policía de Andorra lo describió así:
El Sector de Operaciones Estructuradas de Odebrecht trabajó mucho con bancos que controló, (incluso compró) y con otros con los que mantuvo una relación de lucrativa complicidad, como fue el caso del BPA.
De hecho, en diciembre de 2010, Klienfeld firmó un acuerdo (“Agency Agreement”) con una offshore panameña del BPA, el BPA Serveis, S.A.:
Con base en las excelentes relaciones que tenían con la BPA, fue Klienfeld (es decir, Olivio Rodrigues) quien sugirió crear una offshore para Atala y abrir la cuenta en la BPA.
El propio Olivio Rodrigues se encargó de ordenar los depósitos a la cuenta Ammarin, de Atala.
La firma, como se puede comparar con la del Agency Agreement, es la del propio Rodrigues.
Como era de esperar, el BPA hizo apenas una desganada finta de investigar la procedencia de los fondos de su nuevo cliente.
En el “cuestionario confidencial de conocimiento del cliente” (KYC, por las siglas en inglés de ‘know your client’), no se ve el menor interés en profundizar, o siquiera analizar, la información recibida.
Ahí hay, sin embargo, un hecho (o acto fallido) revelador. Pese a que la cuenta había sido abierta y abonada por Klienfeld, Atala da como referencia de “otros clientes de BPA” a Odebrecht. Recuérdese que en esa época, la relación entre la corporación y su offshore clandestina (entre muchas otras) era secreta.
La cómplice actitud de los entonces funcionarios de BPA se muestra en este mensaje de Francesc Xavier Pérez Giménez, el funcionario de BPA basado en Uruguay, que llegó numerosas veces a Lima a coordinar la apertura de cuentas en la BPA a pedido de Odebrecht. Uno de esos viajes fue para visitar a Atala y organizar la apertura de la cuenta de Ammarin:
Pero cuando, años después, la Policía de Andorra entró a investigar el caso, por orden de la magistrada Canólic Mingorance, sus hallazgos fueron claros y sus conclusiones, terminantes.
Es decir, y aquí un poco de traducción no viene mal, que “los indicios apuntan a que los fondos de los que se benefició la cuenta de la empresa Ammarin Investment, son de origen ilícito, relacionados con el pago de sobornos por la presunta colaboración del investigado, en alguna licitación de obra pública de infraestructura efectuadas o contratadas a favor del grupo Odebrecht”.
Detrás de esa conclusión hay una impresionante cantidad de documentos bancarios y varias declaraciones que insinúan lo confesional. Esa es la información (en cuanto concierne a Atala, porque hay más) que recibirán los fiscales del Equipo Especial en sus diligencias en Andorra a partir del 30 de enero.
Y luego viene más, mucho más.
Betingo, el gestor de Klienfeld En el contexto de la investigación sobre el esquema que Odebrecht montó en Andorra para el pago de sobornos en América Latina, Andrés “Betingo” Sanguinetti, el exfuncionario de la Banca Privada de Andorra (BPA) en Montevideo, relató a las autoridades de Andorra que fue el gestor de la offshore Klienfeld, empleada por la constructora brasileña para el pago de sobornos; y que tuvo un trato directo con los exejecutivos del Sector de Operaciones Estructuradas Luis Eduardo Soares y Hilberto Silva; así como con Marcos Grillo, encargado de la “generación de recursos” para la Caja 2. “El que operaba la cuenta de Klienfeld era Olivo [Rodrigues]. Me mandaba las instrucciones de transferencia. […] Klienfeld era, si yo mal no recuerdo, una empresa cuyo dueño era Olivio Rodrigues. […] La creó él. Pero después en un momento, no estoy seguro cuándo, si desde el principio o no, sí operaba para Odebrecht. Era como si yo dijera que tengo una empresa de servicios de limpieza, pero opero exclusivamente para Odebrecht”, indicó ‘Betingo’. ¿Por qué motivo se abrieron las cuentas de Klienfeld y de AEON?, preguntaron las autoridades de Andorra, que en 2015 iniciaron una investigación sobre el blanqueo de dinero que realizaron exejecutivos de la BPA. Bueno, la de AEON si yo mal no recuerdo, fue un tema para ordenar la operativa. Se abre específicamente en un momento en que se empiezan a referenciar a clientes específicos, a abrirle cuentas de clientes específicos, entonces era una forma de separar las operativas. Aquellos que van a abrir una cuenta para que el banco les administre los fondos, vamos a hacerlo a través de esta sociedad AEON. Entonces Klienfeld le pasaba a AEON. En realidad era un traspaso de cuenta. ¿Klienfeld le traspasaba a AEON para que AEON hiciera qué? Para que AEON fuera la que le traspasara a los beneficiarios de las cuentas que se fueron abriendo. Era simplemente por un tema de ordenar la operativa, digamos. Nada más. Porque como Klienfeld había hecho y hacía alguna otra cosa más, se prefirió que lo que era banca privada y cuenta de clientes que iban a banca privada, fueran exclusivamente canalizadas vía AEON. Ese fue el único objetivo. ¿Cómo se justificaban los fondos que se ingresaban primero a Klienfeld y luego a AEON? Lo de Klienfeld, si yo mal no recuerdo, el 99 por ciento o el 100 por ciento, venían de la propia Klienfeld. Klienfeld en Antigua. En Antigua. Exacto. Esa era la forma que nosotros teníamos de garantizar que los fondos provenían del Grupo Odebrecht. Que eran fondos exclusivos del Grupo Odebrecht. ¿Quién conocía esta operativa de Odebrecht dentro del banco? Muchos. […] Yo creo que por lo menos 10 personas, supongo. ¿Qué le pedían desde compliance? Yo desconozco un poco eso. Yo no era el que abría las cuentas, pero básicamente… Pero usted era el gestor de Klienfeld. Sí, pero lo que pedía compliance básicamente era… de Klienfeld me pedían que los fondos ingresaran de Klienfeld. Básicamente lo que yo tenía que garantizar era que los fondos entraran desde la estructura de Odebrecht para saber que el origen de los fondos era la constructora y no era de ningún otro lugar donde pudiera haber un ilícito. Klienfeld manejaba fondos que provenían de optimizaciones fiscales. En consecuencia, para nosotros eran fondos que estaban garantizados. […] En ese momento era una empresa intachable, con la que todo el mundo quería trabajar”. |