La promesa no se cumplió. Corría agosto de 2007 y el Parque Nacional Ichigkat Muja- Cordillera del Cóndor, cuya extensión había sido acordada a través de un proceso de consulta con las comunidades Awajún y Wampis del Cenepa, terminó reducido casi a la mitad. “Nosotros nunca fuimos avisados por el Estado”, sostiene Zebelio Kayap, en representación de los pueblos indígenas de la zona.
Dos años había durado el proceso de consulta realizado por el Instituto Nacional de Recursos Naturales (Inrena) en la provincia de Condorcanqui. En 2004, se acordó que parte de la Zona Reservada de Santiago Comaina (incluida la Cordillera del Cóndor), se categorizara como Parque Nacional (la más alta protección para un área natural), con una extensión de cerca de 153 mil hectáreas. Sin embargo, tres años después, más de 60 mil hectáreas serían sustraídas del Parque.
Por ser rico en oro, la mira estaba sobre este territorio. Compañía Minera Afrodita (en adelante Afrodita) contaba, desde los 90, con siete concesiones en la Cordillera del Cóndor. Pero su interés fue en aumento. En 2001, Inrena negó a Afrodita 8 petitorios mineros ubicados en la Zona Reservada Santiago Comaina, frontera con Ecuador. ¿La razón? Al territorio se le había otorgado conservación prioritaria por sus características geológicas, sus recursos hídricos y su gran biodiversidad de flora y fauna. “Lo que le otorga a nivel mundial la más alta prioridad para su conservación”, argumentaba entonces Inrena.
Al año siguiente de la propuesta del Parque Nacional de las cerca de 153 mil hectáreas, se formó un grupo de trabajo intersectorial que debatía dicha extensión. En este participaron representantes de Inrena, de los ministerios de Defensa, Relaciones Exteriores y Energía y Minas, así como del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y el gerente general de Afrodita, Jorge Bedoya Torrico. Como resultados de una serie de reuniones, Inrena se comprometió a emitir un informe técnico dando una “opinión técnica favorable para la exploración minera de la Cía. Minera Afrodita en la Cordillera del Cóndor”.
Pero eso no fue todo. Tiempo después, hubo una segunda propuesta que recortaba casi a la mitad el área acordada del Parque Nacional Ichigkat Muja. En ella se excluía la zona de interés minero en el Cenepa. El acuerdo con las comunidades Awajún y Wampis fue tirado por la borda y el parque recortado se creó solo con alrededor de 88 mil hectáreas, el 10 de agosto de 2007.
Con el terreno libre, apareció en escena un personaje que traería a la zona capitales canadienses y cuya principal aliada sería Afrodita y sus siete concesiones en la cordillera.
Se trataba de Carlos Ballón Barraza, un ingeniero de minas peruano egresado del Colorado School of Mines, que durante más de tres décadas ha tenido una presencia sostenida como funcionario de compañías mineras, sobre todo extranjeras, entre ellas las pertenecientes al grupo Cardero Resources Corp: Trevali Resource y Dorato Resources, por ejemplo. Desde 2006 solicitó el otorgamiento de diferentes concesiones en la Cordillera del Cóndor y las obtuvo a partir de 2007. Llegó a tener más de 50 concesiones en la zona. Pero el real interés no provenía del peruano sino de la canadiense Dorato Resources.
El artículo 71 de la Constitución es muy claro: en el rango de cincuenta kilómetros desde la línea de frontera, “los extranjeros no pueden adquirir ni poseer por título alguno, minas, tierras, bosques, aguas, combustibles ni fuentes de energía, directa ni indirectamente”. Ello bajo pena de perder el derecho adquirido. Las concesiones ambicionadas por Dorato Resources se encontraban en este rango. Pero hecha la ley, hecha la trampa.
La canadiense Dorato Resources creó Dorato Perú en Lima, con un capital social de 100 soles, colocando como fundadores a dos abogados del Estudio Echecopar: Ina Drago y Rodrigo de la Puente. Como gerente general fue nombrado el mismo Ballón Barraza, quien es cliente de larga data del estudio. “Constituimos sociedades para muchísimos clientes diariamente”, indicó Drago a IDL-R, quien además dijo que no recordaba el caso de Dorato Perú.
El 25 de octubre de 2007, Afrodita y Dorato Perú firmaron un contrato de cesión minera respecto a las siete concesiones que poseía Afrodita en la Cordillera del Cóndor. “[Dorato] sustituye en todos los derechos y obligaciones que le corresponden a la compañía [Afrodita] respecto a las concesiones mineras”, dice el contrato. El artículo 71 de la Constitución prohíbe, en zona de frontera, no solo la propiedad sino también la posesión.Con la sola firma de este contrato de cesión, esto no fue respetado. “Es una forma indirecta de sacarle la vuelta a la ley”, explicó Martín Belaúnde Moreyra, especialista en derecho minero.
“¿Cómo voy a saber que Dorato Perú es netamente canadiense?”, dijo a IDL-Reporteros Jorge Bedoya Torrico, dueño de Afrodita, desde su oficina en San Isidro. “Yo no puedo ver las intenciones detrás de lo que figura”, agregó.
Entra Mossack Fonseca
Un día después de la firma del contrato de cesión, un correo electrónico llegó a la oficina de Mossack Fonseca en Islas Vírgenes Británicas (BVI por sus siglas en inglés), el 26 de octubre de 2007. Susana Kam, representante de la firma legal en Perú, solicitaba la adquisición de la offshore Oredal Financial S.A., cuyos certificados de acciones se emitieron a nombre de Ballón y tres familiares suyos.
Lo mismo había sucedido días antes con otra sociedad offshore Archer Enterprises Ltd. Sobre ambas sociedades, le fueron otorgados poderes amplios y generales al abogado Valentín Paniagua Jara del Estudio Echecopar. El mismo abogado que, el 29 de octubre de 2007, fue nombrado apoderado de Dorato Perú. Consultado por IDL-R, Paniagua Jara dijo estar impedido de dar comentarios debido al secreto profesional que le exige “confidencialidad” sobre la información de sus clientes.
Ballón Barraza indicó que el contrato de cesión fue resuelto días después de su firma; y Jorge Bedoya que el contrato nunca fue implementado. Ninguno brindó la documentación probatoria hasta el cierre de esta edición.
Por lo demás, la pregunta de fondo es: ¿Dorato Resources realizó o no actividad minera en la Cordillera del Cóndor? Encontraron la forma de hacerlo a través de Afrodita. Jorge Bedoya confirmó a IDL-R que periódicamente recibían fondos de la minera canadiense para realizar exploraciones en el Cenepa.
La misma firma canadiense menciona, en sus reportes anuales a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos, el envío de financiamiento al “Proyecto de la Cordillera del Cóndor” en Perú. Ya en julio de 2008, Dorato Resources anunciaba, vía un comunicado, la confirmación de la presencia de oro y plata en la Cordillera del Cóndor.
Tres offshore más
De otro lado, Oredal y Archer no son las únicas sociedades de propiedad de Ballón Barraza, alojadas en paraísos fiscales. Existen otras tres no solo vinculadas a él sino también al holandés Hendrick Van Alphen, CEO y presidente del grupo canadiense Cardero Resources Corp, según Bloomberg.
El dos de febrero de 2010 llegó otro mail a BVI. Susana Kam otra vez. Ahora para solicitar la incorporación de HVCB Investments Corp, así como la emisión de dos certificados de acciones por el mismo porcentaje para Ballón y Van Alphen, y el registro de ambos con domicilio en Av. de la Floresta N° 497, piso 5, San Borja, Lima, la dirección del Estudio Echecopar. Van Alphen fue nombrado apoderado de la sociedad.
En 2011 aparecieron dos offshore más: Blessfield Equities Inc y Villandry International Corp (Islas Vírgenes Británicas). Las acciones de la primera fueron emitidas a nombre del peruano en su totalidad, y ambas tuvieron como directores a la dupla Ballón Barraza-Van Alphen. La historia de la segunda ha sido cuando menos errática, pues en papeles, Mossack Fonseca la varió al antojo de sus clientes. El cambio más resaltante fue el del cambio de accionistas.
En un primer correo de 2 de mayo de 2011, Susana Kam solicitó a la oficina de Mossack Fonseca en BVI, que los dueños de las 50 mil acciones de Villandry fuesen: Cardero Resource Corp, con 10 mil acciones consignadas en el Certificado N°1 y Blessfield Equities Inc, con 40 mil en el certificado N° 2. En los registros de Mossack figuran copias de estos certificados de acciones aún sin firmar, así como diferentes referencias a estos.
Tanto el peruano como el holandés negaron la vinculación del grupo Cardero con estas offshore, pero los registros del estudio panameño demuestran lo contrario.
A inicios de 2012, Kam volvió a escribir a la oficina de BVI: “Necesito ayuda en este caso. Me acabo de reunir con el cliente final y quiere lo siguiente. Que se emita el certificado No.1 por el 100% a nombre de BLESSFIELD EQUITIES INC. (que es otra sociedad de BVI de Mossfon). Esta sociedad [Villandry] será accionista de una empresa en el Perú”. Así se borró a Cardero Resource Corp del mapa de Villandry. “ANULADOS. Se cambió por otro [certificado]”, había anotado Kam en un envío de courier.
Consultado por IDL-R, Ballón Barraza evitó explicar el porqué de la anulación del certificado de acciones a nombre de Cardero Resource Corp, solo enfatizó que: “El único certificado de acciones con el que cuenta esta compañía está emitido a nombre de Blessfield”.
Negó que alguna de sus offshore haya tenido vínculo con su actividad laboral en el ámbito minero y agregó que Villandry no ha realizado “ninguna adquisición de intereses mineros (acciones, concesiones o petitorios) en el Perú o en el extranjero”.
Por lo pronto, Villandry tiene en Lima una oficina de representación en la misma dirección del Estudio Echecopar. Las intenciones de Ballón Barraza por hacer negocios mineros en el Perú no parecen haber cesado.
Concesiones al por mayorDorato Resources empleó el mecanismo legal option agreement para tentar la obtención de las concesiones en la zona. Los option agreements (u opciones de compra a futuro), son contratos por los que un vendedor se compromete a mantener una oferta a favor de un comprador por un determinado periodo de tiempo, quien no está obligado a comprar. Esto se puede realizar entre dos empresas o entre una persona natural y una empresa. De esta manera, la empresa que tiene la opción permanece en un limbo: vinculada a la otra compañía pero sin concretar la compra formal. Poco después de la creación del Parque Nacional recortado, empezaron a firmarse option agreements entre Dorato Perú y Afrodita, y Dorato Resources y Carlos Ballón Barraza, respecto a concesiones en la Cordillera del Cóndor. Sin contar las de Afrodita, Dorato Perú y/o Dorato Resources firmó option agreements respecto a 69 concesiones por lo menos. ¿A quién se había otorgado un poder, en Perú, para firmar este tipo de contratos, en nombre de una offshore panameña, con cualquiera de las empresas del grupo Cardero Resource (Dorato Perú o Dorato Resources, por ejemplo)? A Mónica de Ycaza, la representante de Mossack Fonseca en Lima, cuya vivienda fue allanada el último 11 de abril. El poder fue otorgado en diciembre de 2008, y tuvo un año de vigencia. La identidad del dueño real la offshore panameña, Stockton Group Holdings Inc, no se menciona en los registros de la firma legal. Los certificados de acciones se emitieron al portador; la reserva fue máxima. Respecto a los option agreements, tanto Jorge Bedoya, de Afrodita, como Carlos Ballón Barraza subrayaron que las compras nunca se efectuaron porque no fue emitido el Decreto Supremo que debía dar luz verde a la exploración extranjera en la zona. Aun así, Dorato Resources identificaba como suyas estas concesiones a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos. Tal como se advierte en un mapa enviado a la autoridad norteamericana en junio de 2008. |