Llegamos ahora al fin de esta serie (o quizá solo de la temporada) de las memorables, por lo memoriosas, revelaciones que hizo Vladimiro Montesinos en aquella histórica sesión de la subcomisión presidida por el congresista Daniel Estrada, en diciembre de 2001.
Recordemos el tiempo y su circunstancia. Montesinos había sido capturado pocos meses antes en Venezuela, en junio de 2001, luego de su fuga del Perú, su ingreso subrepticio a Venezuela y los meses de crecientemente angustiada clandestinidad que siguieron. Hacia el final, Montesinos había pasado a ser un virtual prisionero que temía con razón por su vida. Su captura representó también el alivio de saberse a salvo. Luego, los interrogatorios inteligentemente conducidos por el juez Saúl Peña Farfán (en junio de 2001) y después por Daniel Estrada como presidente de la subcomisión investigadora, estimularon a Montesinos a revelar mucho –aunque no todo– y a hacerlo con gran detalle y precisión.
¿Qué otro motivo tuvo para hacerlo? El más importante fue su rompimiento hostil con Fujimori, en el que emergió como perdedor, y luego en el empeño de los fujimoristas y su líder de cargar toda la responsabilidad de los crímenes y robos gigantescos de su régimen sobre el ex jefe de espías. Montesinos no aceptó entonces ser el culpable singular y total y se propuso demostrar, con el grado de detalle que él dominaba mejor que nadie, que había mucha responsabilidad, pero que esta era plenamente compartida.
No tuvo acceso en estas diligencias a nada que no fuera su memoria, pero Montesinos contó con la ventaja de recuerdos muy precisos, acompañados con las sugerencias sobre cómo confirmarlos. Hacia fines de 2001, además, apenas había pasado un año desde que Montesinos tuvo que dejar el poder que manejó durante 10 años al lado de Fujimori, aparentemente como su subordinado de mayor confianza, pero en realidad como su principal socio ejecutivo. De manera que las memorias estaban frescas.
Todos esos factores –los estímulos y las agresiones– llevaron a Montesinos a hablar y demostrar, aunque fuera a capella, sin otra ayuda que la memoria, el poder de la información.
En las cuatro entregas anteriores de esta serie, ‘Testigo de cargo’ ustedes han podido ver la precisión y la corroborable coherencia interna de estos testimonios. Ahora, como debe ser con el final de toda serie (o de temporada), les hacemos llegar el grueso de los vídeos, que contienen varias de las revelaciones más interesantes y actuales de las confesiones de Montesinos.
Véanlas con atención, porque no solo corresponden a la verdad recordada después de un inducido y largo olvido, sino tienen una gran actualidad hoy.
Ahí está la mención precisa a los personajes que hicieron funcionar la dictadura más corrupta de nuestra historia durante la década de 1990, que estuvieron muy cerca de recapturar el poder en 2011 y que se preparan para lograrlo, protegidas por un complejo tejido de complicidades, el 2016.
Si hacemos lo posible por no permitir el éxito de la guerra psicológica que busca idiotizar a los peruanos propiciando, entre otras cosas, amnesias selectivas, veamos ahora lo que fue y cómo fue cuando, bajo el mando de Fujimori y Montesinos, el SIN (el poderosísimo servicio de inteligencia nacional, para quienes no lo recuerden), gobernó el Perú.
Lo cuenta Montesinos, uno de los dos jefes de la dictadura, en sus fugaces semanas de sinceridad. El jefe de espías blande con eficacia sus memorias; el titiritero habla sobre sus marionetas y cuenta las historias que ningún peruano que ame la libertad debe por un momento olvidar. [Gustavo Gorriti]
Aquí la lista de videos. Clic para verlos: