Reproducción de la columna ‘Las palabras’ publicada en la edición 2357 de la revista ‘Caretas’.
“… La economía del VRAEM, según ideas picarescas de algunas masas pero que reflejan la realidad se basa en: jalachos, pisachos, cargachos y rascachos. Esta es una particularidad del VRAEM. Entonces, los comunistas no deben realizar ningunos [sic] porque su centro es realizar a cabalidad las tres tareas estratégicas de la revolución peruana y […] [ser uno de los] jalachos, pisachos, cargachos y rascachos, desvían y corrompen tanto en las filas revolucionarias como en las masas populares, […] El narcotráfico desde sus fuentes hasta la demanda y la oferta es corrupción, degeneración, perdición y destrucción”.
Este elocuente deslinde con el narcotráfico en el VRAE es una de las partes importantes del revelador documento del SL-VRAE: “Estrategia y táctica del Partido para combatir y derrotar la ‘Estrategia integral o estrategia global’ del enemigo”, que expuse en el artículo de la semana pasada. Como dije entonces, el documento “revela mucho más de lo que su autor presumiblemente hubiera deseado” dar a conocer.
La mano de los hermanos Quispe Palomino parece presente en la autoría del texto – sobre todo la de Jorge Quispe Palomino, “Raúl”, a juzgar por la semejanza entre sus declaraciones previas (como las que dio al periodista Fernando Lucena en la “Entrevista a Sendero en el VRAE” que publicó IDL-R en agosto de 2011) y las de este documento.
A diferencia del pasado, en el que SL-VRAE justificó una y otra vez su vinculación tolerante y lucrativa con los niveles bajos y medios del narcotráfico, este último documento de SL-VRAE, sin embargo, retorna al puritanismo marxista con el lenguaje amargo de quien ha experimentado los filos inesperados del lucro.
«Lo interesante de ese salto del maoísmo dogmático a los terrenos de la paranoia sin fronteras, es que SL-VRAE terminó adoptando teorías conspirativas de la ultra-derecha más radical».
Por eso, la crítica senderista al narcotráfico parece estar vinculada con la sensación de inseguridad y el repliegue que siguió a las emboscadas en las que cayeron “Guillermo”, “Alipio” y “Gabriel”. Las actividades del narcotráfico, sostiene el documento senderista, “desvían y corrompen tanto en las filas revolucionarias como en las masas populares, y con mayor perjuicio en los que tienen carácter débil, porque las personas débiles fácilmente se hacen manipular por las políticas oportunistas neoliberales. Sin embargo, hubo camaradas dogmáticos y empíricos que deleitaban [sic] participando en estas actividades”.
¿Quiénes se ‘deleitaban’ participando en el narcotráfico? El documento no lo dice, pero la radicalidad del deslinde actual sugiere varias posibilidades:
• Que el análisis de los golpes sufridos haya llevado a SL-VRAE a identificar a gente vinculada con el narcotráfico entre quienes dieron información sobre los senderistas abatidos.
• Que el mismo análisis haya concluido que la vinculación con el narcotráfico los llevó a bajar la guardia.
• Que la predominancia de los narcovuelos en la exportación de la cocaína del VRAE haya marginado en parte a SL del proceso del narcotráfico (a juzgar por la ubicación de las pistas de aterrizaje, que por lo general no se encuentran en áreas controladas por ellos); y que esa marginación haya derivado en censura.
En todo caso, el hecho es que, por lo menos declarativamente, el SL-VRAE parece haber decidido una oposición fuerte al narcotráfico.
Eso debe ser, por supuesto, contrastado con los hechos a lo largo del tiempo. Pero por lo pronto resulta un cambio inesperado.
Cargos e insultos.- Si bien las condenas y los insultos dirigidos a Abimael Guzmán, a “Feliciano” y a “Artemio” no son nuevos, los que contiene este documento expresan una intensificación cualitativa de esa hostilidad.
En uno de los varios desvíos heréticos de la ortodoxia marxista que tiene el documento, el SL-VRAE proclama haber “vencido dificultades mayores a las [sic] epopéyica Larga Marcha de la revolución China [sic] que duró un año”. Según SL-VRAE, en cambio, “el siniestro plan de exterminio de comunistas tuvo una duración de 6 años y 10 meses, entre el 12 de septiembre de 1992 al 14 de julio de 1999”. Como se recuerda, Jorge Quispe Palomino, “Raúl” fue prisionero y aparente colaborador del SIN hasta persuadir a sus captores de que lo dejen convencer a sus compañeros para que se entreguen. Poco después, en octubre de 1999, ocurrió la emboscada de Anapatí.
En ese guión de falsas apariencias y reales traiciones, la versión del SL-VRAE acusa a Abimael Guzmán de las peores reveserías. “El traidor Gonzalo y las ratas embaucadas y armadas del Huallaga. Los cómplices más criminales de Gonzalo fueron los “comunistas” [sic] Feliciano y Artemio” a quienes llama “terroristas y genocidas”. En cuanto a Guzmán, lo acusa de un oportunismo que tuvo un “papel destructivo y asesino”.
Es cierto que descalificaciones e insultos parecidos habían sido expresados en el pasado por los Quispe Palomino, pero en este documento, el SL-VRAE llama a “empezar a desarrollar los aniquilamientos selectivos como el de Gonzalo, Miriam y … [la] Dirección Central”. También incluye el ‘aniquilamiento selectivo’ (es decir, el llamado al asesinato) de los dirigentes del Movadef, ”Alfredo Crespo y Manuel Fajardo”. No solo eso, sino llama también a atentar contra dos conocidos comentaristas sobre el narcotráfico y la violencia.
De paso, en ese párrafo de delirantes llamados al asesinato, hay otra frase a la vez amenazante y pragmática: “Continuamente hay que sabotear al gasoducto de Camisea” dice SL-VRAE, “porque son intransigentes y sabotear continuamente hasta que entren en concesiones positivas con el militarizado Partido Comunista…”, es decir, cuando les vuelvan a pagar cupo a cambio de tranquilidad.
Si bien eso estuvo claro desde hace varios años para quienes siguieron con cuidado a ambas organizaciones, es imposible dejar de ver ahora la hostilidad inapelable, el odio mortal entre el Sendero que sigue a Guzmán y el SL-VRAE. Así que confundirlos y poner al Movadef en el mismo rango que los Quispe Palomino, es bastante más que una torpeza.
Hay un viejo dicho según el cual “un poco de paranoia nunca le hizo daño a nadie”. Pero, claro está, en este tipo de casos la dosis es todo.
Así, la última parte del documento se desboca en los páramos del delirio.
Proclamando su “desacuerdo con Lenin, el PCUS y URSS; con el Presidente Mao Tse-tung, el PCCH y China”, entre otros, el SL-VRAE sostiene que “después del término de la […] segunda guerra mundial imperialista […] las clases opresoras comprendieron que […] la batalla decisiva estaba en la conquista de las mentes y almas de la humanidad”. Eso, que no vieron ni Mao, ni Ho Chi Minh, ni Fidel Castro, según SL-VRAE, sí fue comprendido por ellos.
¿Cómo es el control de mentes y almas descubierto por SL-VRAE? A través de chips que se implantan debajo de la piel de la gente (a los que llaman el very-chip o bio-chip), para controlar eventualmente a la humanidad entera. Según ellos, solo se ha encontrado dos lugares satisfactorios para implantar los chips: “debajo del cuero cabelludo y la parte detrás de la mano, específicamente la mano derecha”.
Eso es lo que SL-VRAE les reprocha a Mao, Ho, Castro y hasta a Lenin: ¡no haberse dado cuenta de la conspiración del very-chip para dominar las mentes humanas!
Lo interesante de ese salto del maoísmo dogmático a los terrenos de la paranoia sin fronteras, es que SL-VRAE terminó adoptando algunas de las teorías conspirativas propias de la ultra-derecha radical, como las que ponen al “Club Bilderberg” y al “Instituto Tavistock” a la cabeza de un supuesto gobierno mundial en las sombras, encargado de “manipular la mente y el alma de la humanidad entera”.
En fin, ningún argumento que un buen psiquiatra no escuche varias veces por semana en sus rondas de hospital. Claro que si el psiquiatra encontrara a sus pacientes con RPGs, AKMs y con desbordantes ganas de utilizarlos contra los very-chips y las cabezas que los albergan, su método terapéutico enfrentaría interesantes desafíos.